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Conoce cómo debe ser EL MEJOR CALZADO para TUS HIJOS
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Características claves que deben tener los zapatos que les compres a tus hijos.
Conocer las características que deben tener los zapatos que les compres a tus hijos es clave para evitar futuros problemas que afecten a su correcto crecimiento y desarrollo.
Cuando nuestros hijos son pequeños, solemos comprar los zapatos movidos más por el aspecto, los colores, lo “mono” que son, lo “guapo” que le quedan, y cosas por el estilo, y no por la importancia que tienen en el correcto desarrollo de las articulaciones y la musculatura del pie.
El pie, aunque no nos lo parezca, es una estructura a la que hay que cuidar, ya que tiene mucho que ver con la forma en la que se colocan nuestras rodillas y nuestra cadera una vez que vamos creciendo. Por este motivo, los pies también deben ser revisados por el pediatra; cuanto antes se detecten y se corrijan los problemas, mejor.
Pero antes de preocuparnos, debemos saber, por ejemplo, que todos los bebés y niños menores de 3 años tienen los pies planos. Esto tiende a desaparecer espontáneamente con el paso del tiempo.
Evidentemente, si detectamos que nuestro hijo, con el paso del tiempo, sigue teniendo los pies planos, será el pediatra el que nos marque el tratamiento a seguir. Por suerte para los niños de hoy en día, aquellas botas ortopédicas hooooriiiibleeessss que te ponían antes ya han pasado a la historia, y ahora con unas plantillas, en el caso de que sea un caso de pies planos flexible, o con un calzado que cumpla con una serie de requisitos, se pueden aliviar las molestias que produce esta alteración.
Los expertos recomiendan que cuando los bebés empiezan a dar sus primeros pasos, lo hagan sobre la arena o en un suelo lo más parecido, ya que ésta ayuda a un sano desarrollo del arco plantar.
Y por supuesto, descalzos. ¿Por qué? Porque los pies de los bebés tienen muchos receptores sensitivos, lo que les permite procesar información del medio que les rodea, factor importante para su desarrollo intelectual. Además, favorece la maduración del sistema nervioso y del control neuromuscular.
Ahora es cuando muchos padres, madres y abuelos sobre todo, porque forma parte de antiguas creencias, dirán: sí claro, pongo al niño descalzo y se me resfría. Pues no. Los resfriados no entran por los pies.
Los resfriados los causan los virus y el frío.
Los virus pasan por la nariz y por la boca: al hablar, al estornudar, al toser, o al tocar alguna superficie donde éstos se encuentren y después nos llevamos las manos a la boca o a la nariz.
¿Y por qué cuando hace frío? Porque cuando tenemos frío solemos estar en sitios cerrados que nos produzcan más calorcito, y eso es precisamente lo que aprovechan los virus, el calor y la falta de ventilación y renovación del aire.
Si después salimos a la calle, el frío provoca una vasoconstricción en la mucosa de la nariz, lo que se traduce en una menor presencia de leucocitos, que son los responsables de nuestras defensas, y un menor movimiento de los cilios, que son los responsables de desplazar el moco hacia la faringe para eliminarlo.
En invierno, el frío, al dejar nuestra nariz más “indefensa”, hace que los virus tengan más facilidad para provocarnos los resfriados. Así que si tu hijo sale descalzo a la terraza y después se resfría, no es por estar descalzo, sino por respirar aire frío. Aclarado queda.
Que los expertos recomienden que los bebés anden descalzos no significa que no les pongamos unos zapatos. Nos ahorraríamos un buen dinero la verdad, pero hay que socializar a los más pequeños. Y para un correcto desarrollo del pie de los niños, debemos de preocuparnos de su calzado desde que comienza a gatear.
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